El regreso

lunes, 18 de mayo de 2009

Esta semana creo que el staff de rincón para solteras está súper feeling con este tema, yo para variar he postergado mi post por el temor a enfrentarme a largas horas de reflexión, análisis y escrutinio de mi misma pero a puertas del cierre no me queda más que pensar un poco acerca del tema, que aparecía en mi cabeza mientras lo esquivaba con las múltiples ocupaciones.

He hecho memoria, y es verdad Heriditas pasó por varios “hombres de inflexión” por eso los tajitos y las curitas, lo malo de mi, es que tenía en vez de lentes para mejorar la visión, un antifaz que hacía que interprete imágenes distorsionadas que me generaban bloqueos mentales; y por lo tanto, decisiones equivocadas, así después de varias caídas, cada una con distinto nivel de profundidad, me encontré con el presidente del club “Hombres de Inflexión.”

Pero antes haré una pequeña aclaración de mis amores platónicos del pasado. Yo solía burlarme de mis amigas que llevaban la esperanza de encontrar a su príncipe azul porque en esa etapa romántica femenina, uno sueña, imagina, escribe, pinta, pone el nombre de la persona que quisiera; en mi caso era difícil creer que yo podía pensar en alguien específico y es que desde pequeña estuve enamorada de personajes inverosímiles, el más resaltante era la imagen de un dibujo animado: el “Capitan Harlock”, pirata espacial de look dark, cabello largo, el tajito en la mejilla, y botas. Pero cuando vi a Lorenzo Lamas en el personaje de “El renegado” me di cuenta que mi príncipe azul venia con casaca de cuero, moto, pantalón pegado y cabello largo.

Así, después de años, me encontraba en Sargento Pimienta con mi mejor amigo, (esos a los que les festejas que conozcan a alguien y viceversa) y estaba muy divertida riéndome de algo, no recuerdo que, y se acercó G, cabello largo, botas, casaca, y cicatriz incluida; preguntándome si me reía con él o de él, nos quedamos conversando, mi mejor amigo se fue y nosotros seguimos hasta que se hizo de día. No se como se dio pero a partir de ese fecha firmé el papel protagónico en una relación tormentosa que duró dos años.

G, era un total desconocido, no tenía referencia alguna de él, nosotros de no ser nada nos convertimos en pareja, nos saltamos la parte de la amistad. El tocaba en un grupo rockero, había sido un rock star de un alicaído grupo metal 80’s, había estudiado todo y nada, repartía ropa de una marca pirata (una coincidencia más con el capitán Harlock), tocaba en los conciertos y era de esos ídolos de barro con groupies alrededor, había sido casado y tenía dos hijas que huyeron de él a EEUU para olvidarlo, obviamente no todo lo supe en un primer momento. Tenía otras perlitas como beber en cantidades industriales, no poder mantenerse por si mismo, entre otras más.

El tema es ¿qué hacía yo ahí? por qué no desaparecí en el acto ante la primera reacción monstruosa, y no sólo de su parte, sino que sacó de mi a la Heriditas Hard Core, que se enfrentaba al mundo, pero solo de noche, haciendo pleito, manejando para su “rock star” su ajetreada agenda de ensayos, viviendo unicamente para los conciertos, incluso iba hasta los lugares más recónditos, y conseguía auspicios de tatuajes, cuadrando a las groupies y viviendo de juerga en juerga, En esa época era parte del staff de "novias de rockeros” un staff al que uno le entrega la posta a las nuevas generaciones de mujeres bloqueadas. Pero lo peor eran las peleas, los escándalos, los papelones, el que me fuera o quedará dormida y que el flirteara a otra chica, en frente de todos mis conocidos, rockeros también que tenían el pacto del silencio, pasaba mil cosas malas para que unicamente nos amistáramos cuando era de día.

Por qué no lo dejaba? en eso me hago totalmente responsable, G, siempre fue así y probablemente sea el mismo en estos momentos, lo he visto igual cuando me lo he cruzado, pero yo ¿Quién era? ¿Qué quería? ¿Cómo llegué a ese punto de humillación? ¿Cómo le di la autorización?

Pasaron mil cosas, hasta que un día estaba tan cansada que crucé la pista tomé mi taxi y decidí no llamarlo más, promesa que mantuve hasta la fecha, obviamente G no hizo esfuerzo alguno por saber de mi, el séquito de mujeres estaba ahí. Y es que es así, G se portó mal y yo lo permití, no puedes amar a alguien si tienes un corazón vació para con uno mismo, qué puedo decir de este “hombre de inflexión”… yo pienso que G tenía su misión, que en el “amor”, obsesión y desamor, yo regresara de la estratósfera.

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